Un grado es algo importantísimo en el desarrollo de un artista marcial ya que indica que tiene los suficintes conocimientos para ostentarlo y ganar acceso al nivel inmediato superior, tanto por la maduración física (técnicas) como por la maduración mental y espiritual, es decir, llegar a un estado de Zanshin. Un grado es una manera de demostrar a propios y extraños al Dōjō el nivel que se tiene y que esto supone un respeto intrínseco así como también una admiración por parte de los kohai (alumnos en niveles inferiores). Ahora bien, un grado NO debe ser tomado como una carta de salvoconducto y bajar la marcha del entrenamiento, fomentar el ego y la altanería y mucho menos desarrollar el sentimiento de ser un "producto terminado".
Usualmente las condutas antes mencionadas son resultado de un instructor poco organizado en la tarea de enseñanza, que no da seguimiento personal al estudiante examinado y se deja llevar por el fenómeno de la llamarada*o por comentarios de segundos o terceros. Esto es particularmente triste cuando les vale el nivel Shodan (cinturón negro primer dan), o cualquier otro dan y se espera que cumplan con la responsabilidad de dicho grado.
La tarea de enseñar no es solo cuantas técnicas se conocen, sino también evaluar la maduréz de una persona, su calidad empática, nivel de socialización, responsabilidad y disciplina dentro y fuera del Dōjō. ¿Tarea sencilla? definitivamente no pero por eso es que ser un shidōshi o un shihan es una tarea compleja y muy demandante (historiacamente el arte de enseñar es una labor tremendamente demandante y con mucho compromiso).