Así como los grandes exploradores se detienen y contemplan sus mapas o cartas de navegación, en el Budō es igual, tenemos que parar y evaluar lo que hemos hecho y lo que estamos haciendo para ver si esto satisface nuestros motivos y sentimientos.
Definitivamente hay gente que "entrena" con fines comerciales o ególatras, hay otros que entrenan para ser más fuertes y otros para ser más saludables. Aunque soy partidario de los últimos que de los primeros, hay que reconocer que tristemente cada vez más practicantes se dejan seducir por el dinero y la fama.
En mi humilde opinion pedo decir que entreno porque con cada experiencia de enseñanza-aprendizaje me vuelvo una mejor persona, más atenta a lo que me rodea y los sentimientos de mis semejantes. Entreno porque es un ejercicio de humildad y constante aprendizaje de los pequeños grandes misterios de la vida como la amistad, el respeto, la lealtad, en fin, la convivencia humana. No niego que también entreno para fortalecer mi cuerpo y responder de manera adecuada en un ambiente tan viciado de violencia como es El Salvador.
Redacción Satori Dōjō