Sin lugar a dudas la naturaleza está dentro de la Bujinkan y es importante mantener esto en mente. Escuelas como la Shinden Fudô Ryû y la Togakure Ryû se sustentan de la naturaleza para desarrollar las técnicas efectivamente. Entrenar al aire libre de vez en cuando libera la mente, fomenta la creatividad y nos pone en contacto con el elemento principal de la ecuación: la naturaleza creadora. ¡Qué más inspración necesitamos que ver un río de aguas cristalinas, árboles majestuosos de verde follaje y raíces profundas para crear técnicas y variantes!
Este mismo sentimiento hay que llevarlo dentro del Dôjô y entrenar con esa filosofía de que pertenecemos a la naturaleza. Desde las armas que utilizamos a los uniformes que vestimos, TODO le pertenece a la naturaleza. Quzás es más fácil decirlo que hacerlo pero invito a los buyû que leen este blog que salgan, al menos al parque de la esquina, a entrenar en comunión con la naturaleza. Dejen que la tierra sea su tatami, aprendan del fluir de las aguas de los ríos, sientan la fortaleza de un árbol bien simentado en el suelo y del flujo constante y sigiloso del viento por los valles y planicies.
Redacción Satori Dôjô.