Por Ilan Gattegno
En 1988, es un recién llegado al ninjutsu (Budô Taijutsu), relativamente hablado, pero ya se le ha otorgado el grado de noveno dan en Bujinkan Dôjô Ninpô Taijutsu. Cada vez que el maestro Masaaki Hatsumi se va de Japón para dicgtar un seminario, el está a su lado como un guardaespaldas. Tiene la apariencia de uno. Un hombre alto y fornido, el tipo de persona que se contrataría de “bouncer” (portero a falta de una término exacto en español) para un club nocturno.
Sus músculos lo hacen temible, pero cuando se mueve parece que no utilice nada de fuerza para hacerlo. Se mueve de una forma tan gentil y suave que no sabes si está peleando o bailando.
El maestro de 40 años comenzó su vida como un artista marcial a los 8 años. Como la mayoría de niños japoneses, tomó lecciones de Judô que son parte del sistema nacional educativo como las clases de educación física en Norteamérica. El joven Nagato disfrutó mucho su entrenamiento de Judô, el conjunto de su inusual tamaño y fuerza le dieron el pase al torneo de estudiantes de secundaria en el Kodokan.
Nagato Shihan es muy alto en comparación del japonés promedio, lo que unido a su fuerza lo impulsaron a entrenar Sumô, sin embargo, a los 22 años decidió retirarse por completo ya que no era para él. Continuó con el Judô por varios años y calificó para su quinto dan.
En lo que refería al Shihan Nagato, ese sería el fin de su carrera como judoka, pero los maestros del Kodokan opinaban distinto. Decidieron enviar a Tôshiro a los Estados Unidos para que enseñara Judô en la Universidad de Ontario en Oregon, lugar donde también estudiaba. El se había enterado de un maestro de Budô, Masaaki Hatsumi, referido del libro de Andrew Adam “Ninja: The Invisible Assassins” (Ninja: Los Asesinos Invisibles). Nagato Shihan quería ser un artista marcial verdadero no solo un judôka, y el ninjutsu (Budô Taijutsu) parecía la ruta a seguir. Decidió entonces que cuando regresase a Japón buscaría este arte marcial. Sin embargo, las cosas no salieron como él quería ya que por ciertas circunstancias lo obligaronn a ring del Kickbozing professional. El comenzó a entrar a torneos en Tôkyô para ganar dinero.
Donde su peso había sido su aliado, hoy era su peor adversario. Pesando unos impresionantes 90 Kg. (195 Lbs.), era mucho más pesado que cualquier division en Japón. Esto lo obligó a seguir una dieta que lo dejó con un peso de 72.5 Kg. (159 Lbs.), aun así solo podia entrar en la division más pesada para competencia. En tres eventos principales en el Korakuen may, ganó todas sus peleas por knock out. Esto lo volvío el campeón de los Shin-jin o principiante. A pesar de sus victorias, el kickboxing no era divertido para Nagato Shihan. “Demasiados golpes son malos para la salud… malos para mi rostro y no era un arte marcial.” Antes de comenzar con el ninjutsu, Nagato sentía que debía salir de Japón. Habiendo vivido en Orengon, sabía que habían otros lugares que ofrecían mejos estrés que Japón. Kickboxing había sido una forma para Nagato Shihan de liberar su estrés, pero ahora que había terminado con ese deporte necesitaba un cambio de atmósfera.
Un amigo en Norteamérica, Michael Echanis, un antiguo boina verde, lo invitó y Nagato Shihan aceptó. Echanis, un soldado profesional y veterano de Vietnam, quería aprender artes marciales de Nagato Shihan. Echanis dijo que había una plaza esperándolo en el campo de las Fuerzas Especailes de Carolina del Norte. “Ellos querían que yo fuera un boina verde y cuando hubo una misión para todos en Sudamérica me ofrecieron que los acompañara. Yo me sentí mal al respecto y les dije que no estaba interesado. Algo en mi dijo ‘Peligro’”.
Desafortunadamente el presentimiento de Nagato Shihan estaba bien fundamentado. Mientras estaban en Sudamérica, el avión se estreyó y todos murieron. “Había un sentimiento dentro de mí que me decía que no fuera,” dijo Nagato. “Me convenció de que era tiempo de regresar y buscar un verdadero maestro de artes marciales”.
Hatsumi Sensei vió inmediatamente el talento de Nagato Shihan. Él notó su espíritu combativo de inmediato, y esto no era de extrañarse ya que el barrió donde creció las peleas callejeras eran comunes. Su pasado como judôka y kickboxer también no eran para nada despreciables. Nagato Shihan ascendió como un cohete entrenando y entregándose al entrenamiento.
Nagato Shihan enseña a un puñado de estudiantes en un pequeño Dôjô de ambiente familiar. La mayoría de sus estudiantes son japoneses, pero también tiene estudiantes extranjeros bajo su tutela. Robert Bussey de Nebraska fue su estudiante por un tiempo y se le dio el nivel de 4° Dan antes de regresar a los Estados Unidos. “Yo no discrimino a los no japoneses. Seis de mis estudiantes han aprobado el examen del godan (quinto dan) ante Hatsumi Sensei”. Nagato Shihan se gana la vida como un osteópata al igual que Hatsumi Sensei y vive felizmente en la Prefectura de Saitama con su esposa Mamiko y sus dos hijos Yoshiki y Yuhe.
Nagato Shihan no se siente para nada especial al darle el noveno Dan, "yo tengo que sentir la responsabilidad, pero ésta no está. Quizá alguna responsabilidad exista pero todavá tengo mucho que aprender. Necesito apegarme a Hatsumi Sensei y aprender todo lo que pueda. Está bien, quizá si tengo un poco de sentimiento sobre que significa ser un artista marcial, pero nada mas."
A Nagato Shihan no le gustó cuando su condiscipulo Tsunehisa ( ahora Shoto) Tanemura dejó la Bujinkan para crear su propia: Genbukan. "Estaba triste, pero él tenía una manera distinta de pensar; una ética diferente. Hatsumi Sensei pensaba de otra manera."
Nagato Shihan no prevé grandes cambios en el ninjutsu (Budô Taijutsu) para el futuro. "Nosotros no consideramos que el ninjutsu (Budô Taijutsu) sea la epítome de las artes marciales" manifiesta Nagato Shihan. "Budô, el mundo de las artes marciales, es la esencia del todo. Todo está vivo y queremos mantenerlo de esa manera. Buscamos el entendimiento, una vida apacible y la felicidad. El Budô es bueno para un país y para el universo."
Traducción e interpretación: Redacción Satori Dôjô.
Texto original de: Ilan Gattegno, tomado de: Ura & Omote